Daños y Perjuicios (Damages) ha sido catalogada por muchos como la mejor nueva serie de la temporada. Si a esto le sumas numerosos elogios hacia la serie desde prácticamente toda la blogosfera seriégila, no te queda más remedio que ponerte con ella. Y esto es lo que hecho, en 3 días me he ventilado su primera y única temporada hasta el momento, en enero vendrá la segunda.
Daños y Perjuicios, es una buena serie, bastante entretenida y que no es una serie de abogados a la antigüa usanza. A mí me ha gustado mucho, de ahí que me la haya ventilado en tan poco tiempo pero aún así tengo que decir que me ha defraudado un poco, quizás por las altas expectativas con las que empecé la serie. Seguramente el motivo principal para pensar esto es que la serie me ha resultado poco sorprendente, es decir, que más o menos sabes que va a pasar a lo largo de la historia y te da rabia que no hayan utilizado algo más el factor sorpresa. Si hubieran hecho eso, esta serie hubiera sido ya de las que pasaría a mi lista de imprescindibles pero me temo que no es así, de tal forma que no me va a matar la espera hasta el estreno de la segunda temporada.
La serie comienza de forma estupenda con un piloto muy intenso que te muestra las cartas de la serie a través de numerosos hechos y una gran presentación de los personajes. Quizás este sea uno de los mejores puntos de la serie, sus personajes. Prácticamente destacaría a todos, tanto protagonistas como secundarios, me han gustado cada uno de los que se han paseado por la serie en estos 13 capítulos. Claramente tengo que destacar al dúo protagonista de la función, Patty Hewes y Ellen Parsons, aunque respecto a la primera decir que me ha decepcionado también un poco pero no es culpa suya, es que esperaba encontrarme algo más maquiavélico de lo que realmente ha sido aunque el final de la temporada no diga lo mismo que yo.
Un punto importante de la serie ha sido la utilización del flashback, el cual ha servido para darle mayor emoción a la serie ya que a través de los inesperados saltos del pasado al presente y viceversa, han intentado jugar con nosotros mediante el engaño, y hay que reconocer que es uno de los puntos fuertes de la serie. Sin esto no es que la historia no mereciera la pena, ni mucho menos, pero si es verdad que le ha proporcionado un soplo de aire fresco y es lo que principalmente hace especial a esta serie de abogados que realmente no es de abogados. Sobre esto último decir que yo no soy nada amante de las series o peliculas de este género pero es que Daños y Perjuicios es distinta al resto, un ejemplo es que no se verá un juicio en toda la serie.
En Daños y Perjuicios lo que predomina son los engaños, las conspiraciones, las alianzas, las mentiras y sobre todo esa sensación de que no te puedes fiar de nadie, en ningún momento o circunstancia, y eso la protagonista de la función terminará aprendiendolo por la fuerza. Respecto a la protagonista absoluta decir que se trata de Ellen, quizás a priori menos conocida que el personaje de Patty pero es lo que tiene que a esta la encarne la magnífica Glenn Close. Me gustaría destacar que Patty es genial porque es de esos personajes que gustan desde el minuto 1 y aunque a Ellen hay que esperar un poquillo para cogerle el gustillo, con la evolución que sufre el personaje, es raro que no termine encantándote.
Por todo esto, os recomiendo que veáis Daños y Perjuicios, la cual te ofrecerá una gran historia de conspiraciones y engaños de una forma poco convencional pero que no cuenta con todas las sorpresas que se pudiera suponer a priori, una verdadera lástima porque la serie está realmente bien, con grandes actuaciones y personajes y una historia tratada con mimo hasta el más mínimo detalle. No se trata de una auténtica obra maestra pero aún así la serie es de las que se tiene que ver si o si, más que nada para que compruebes una vez más que nada es lo que parece.