Esta es la curiosa y desconcertante sinopsis de Riverworld, la última apuesta del canal SyFy (el anteriormente conocido como Sci-Fi). Al igual que sucedió en su momento con Battlestar Galáctica, la cadena decidió estrenarla el pasado 18 de abril en formato miniserie (en dos partes de una hora y media cada una), con posibilidades de convertirse en serie completa. Pese a contar con uno de los puntos de partida más interesantes y con más posibilidades que me he encontrado dentro del género de la ciencia ficción, la adaptación que ha realizado en esta ocasión SyFy (en el año 2003 ya probó suerte con otra) de la serie de novelas de Philip José Farmer... eleva a otra dimensión el significado de las palabras basura, bazofia y bochorno. Decir que tan sólo he sacado fuerza de voluntad para terminar la primera parte de la miniserie y ni que decir que la segunda ya está donde se merece, en la papelera de reciclaje. Una hora y media suficiente para poder alertar a todo aquel que tuviera en sus planes darla una oportunidad. Tanto es esto, que desde aquí te recomiendo encarecidamente que ni te acerques a ella, pues puede que yo haya malgastado todo ese preciado tiempo en Riverworld, pero no es necesario que tú también caigas en la trampa que nos ha tendido el canal de ciencia ficción por excelencia.

Desconozco los datos de audiencia que cosechó, pero si los encargados de tomar la decisión de convertirla en una serie completa, han llegado realmente a echarle una ojeada a la miniserie y tienen algo más de dos dedos de frente, no creo que lleguen a dudar más de dos segundos que este proyecto no puede recibir luz verde. ¡No puede! Lo primero, si se quieren aprovechar las infinitas posibilidades con las que cuenta la historia de Riverworld, lo mínimo que se tiene que hacer es invertir una cantidad de billetes verdes acorde con la gran superproducción que a priori se quiere y se espera producir. Ni que decir que el nivel de cutrez de Riverworld, llega en muchas ocasiones a rozar la vergüenza ajena. Tiene un aroma a producción barata que tira tira para atrás desde el mismo principio, pero lo peor de todo, es que su principal mal no lo he encontrado en la falta de presupuesto o en la tristeza de la ambientación, los decorados o el vestuario, sino en su guión. Este es un ejemplo perfecto de cómo desaprovechar una historia con un gran potencial, llegando a darte la sensación de que escribir algo más pobre que eso, es imposible. Nada está bien planteado, empezando por la historia y continuando por el misticismo que debería inundar todas esas preguntas que tendríamos que hacernos sobre ese enigmático lugar, las cuales se esfuman a la misma velocidad en la que tu subsconciente te pide que le des al stop lo más rápido posible.

Para colmo, los defectos de Riverworld no acaban aquí, pues todavía queda el tema del cast, y sobre todo, el de la dirección. Empiezo por el segundo porque es algo en lo que normalmente no suele centrarme, pero que en esta ocasión ha sido imposible no hacerlo. El director responsable de tal hazaña se llama Stuart Gillard (¿le conoces? pues ya somos dos), al cual entiendo que tuviera que ingeniárselas para rodar la miniserie sin que se notara en exceso la alarmante falta de presupuesto, pero eso no quita que se haya pasado con la técnica del "slow motion", esas escenas a cámara lenta metidas sin fundamento y a que a mí personalmente me han dejado con cara de tonto e incluso han conseguido sacarme alguna sonrisilla. Sobre el cast, ahí tenemos como absoluto protagonista a Tahmoh Penikett, al cual le han reservado un papel calcadito al que tuvo el actor como Paul Ballard en Dollhouse. Hay más caras conocidas y curiosamnete todas ellas comparten una misma cosa en común: un poco más... y no salen. Es el caso de Laura Vandervoort (Smallville, V), Alessandro Juliani (Battlestar Galáctica, Smallville), y el de Alan Cumming (Tin Man, The Good Wife). Del resto poco o nada que destacar, a excepción quizás de Jeananne Goosen (en la imagen), la cual le pone ganas al asunto aunque su personaje era chocante como pocos y eso nunca ayuda.

Puedo llegar a entender que no es tarea sencilla adaptar una historia como esta, donde en papel se podría exprimir hasta donde llegara la imaginación del autor. Esto no quita que si desde SyFy decidieron ponerse manos la obra para conseguirlo, al menos se le pueda recriminar y exigir un mínimo de decencia, algo que no he encontrado en ningún aspecto por Riverworld. No voy a seguir echando más leña al fuego porque tampoco creo que sea necesario, ya que espero haberte conseguido dejar claro que esta miniserie es uno de esos casos en los que lo mejor que se puede hacer, es no acercarse. Entiendo que la sinopsis te llame mucha la atención y que al durar tan sólo tres horas, no te costaría mucho darla una oportunidad, pero que conste que si terminas haciéndolo, aquí hay uno que te puso en sobreaviso. Para acabar, os voy a dejar uno de los trailer con los que SyFy consiguió engatusarme con un proyecto al que he estado esperando con muchas ganas y que ha terminado resultando ser una de esas grandes decepciones que espero poder olvidar más pronto que tarde. Si ya lo dicen los ecologistas, no hay que arrojar basura al río...