¿Queda alguien que no conozca la gran revelación del último episodio de la octava temporada de ‘How I Met Your Mother’? Me resulta difícil de creer ya que no se habla de otra cosa. Por si acaso, será mejor que no sigas leyendo si no has visto el 8x24 "Something New". ¡Spoilers!

La revelación de la madre está siendo uno de los temas de la semana (y lo que te rondaré morena). No es para menos, pues tras ocho años cumpliendo con el rol de macguffin, por fin le hemos puesto rostro a la futura señora Mosby. Se acabó eso de hacer teorías locas y bromas de todo tipo acerca de su identidad. Ese “un tren para Farhampton” no cambia nada en realidad (respecto a la situación en la que estaban la serie y los protagonistas unos instantes antes) pero todos sabemos que en el fondo lo cambia todo. El final de ‘How I Met Your Mother’ se acerca (¡totalmente confirmado!) y hoy mismo ha saltado una noticia que echa aún más leña para que estos días no se hable de otra serie. La novena y última temporada transcurrirá en tres días, o lo que es lo mismo, se desarrollará al completo durante el fin de semana de la boda de Barney y Robin. Una decisión que me parece lógica si se piensa que, tras saber que esta ceremonia será el "cuándo" y el "dónde", ya sólo queda descubrir "cómo" Ted conoce al amor de su vida y finaliza su particular historia interminable.

No recuerdo exactamente si la primera vez que se supo de esta boda fue durante la quinta o al comienzo de la sexta temporada, lo que sé es que ha llovido mucho desde aquello. Durante las tres últimas campañas, la celebración de la ceremonia podría considerarse como el núcleo argumental de la historia principal. Al menos todos los acontecimientos importantes han girado a su alrededor. Los interminables preparativos comenzaban por conocer la identidad de los protagonistas. De primeras parecía evidente que se trataba del día más feliz en la vida de Ted Mosby. Perdón, el segundo, ya que como él mismo le contó a sus hijos, el primero fue cuando conoció a su madre. Luego se descubrió que Ted iba como padrino... de Barney. El soltero de oro se casaba. Un giro interesante, dadas las circunstancias por aquel entonces. Conocida la identidad del novio ya sólo faltaba conocer la de la novia. Que si Nora, que si Quinn... que sí, todos sabíamos que sería Robin. Esta revelación (nada sorprendente todo sea dicho) con la que acababa la temporada pasada, junto a aquellas palabras de despedida de Vitoria a Ted, acerca de que no encontraría al amor de su vida hasta que Robin no saliera de la suya, me hicieron pensar que los guionistas utilizarían la octava para finiquitar esta innecesaria historia sentimental y rematar la función con el bodorrio. Ni una cosa ni la otra.

La octava temporada concluye señalando que todos los caminos conducen a Farhampton, de la misma manera que todos los protagonistas se dirigen hacia allí para un fin de semana de nada más y nada menos que 24 episodios. Cada uno llega a la ceremonia cargando con decisiones vitales que les cambiarán para siempre. Ted mudándose a Chicago, Lilly pensando en Italia sin saber que Marshall no puede acompañarla, Robin con dudas, y Barney... bueno, Barney siempre juega con la carta de comodín imprevisible. Ver cómo cada uno maneja y afronta sus dilemas individuales puede estar realmente bien, sobre todo si los guionistas se han reservado un buen arsenal de sorpresas para la traca final. Sabiendo que en Farhampton, Ted conocerá al amor de su vida... y Robin "saldrá" por fin de la suya, va a ser interesante descubrir cómo uno a uno todos los personajes (a la vez que los espectadores) van conociendo a la madre (imagino que antes que el propio Ted), mientras el tío Barney y la tía Sherbatsky esquivan todo tipo de obstáculos camino al altar. Sólo espero que la historia Ted-Robin no dinamite más de la cuenta este desmadre de boda. A estas alturas de la película y seguir hablando de esta relación me parece tan innecesario como excesivo, más que nada porque no entiendo la necesidad de martirizar a Ted (y al espectador) regresando una y otra vez a una casilla que se sabe que no lleva a ninguna parte. Y menos con el final a la vuelta de la esquina.

Para acabar, sólo quiero apuntar que me muestro muy optimista de cara a la temporada final. Cuento con que tendrá algún que otro capítulo bueno, por cada muchos reguleros e incluso muy malos, tal y como ha pasado en los últimos años. No me importa, la verdad. Hace mucho tiempo que dejó de preocuparme el nivel de la serie. Ahora mismo sólo pienso en disfrutar de una gran despedida y que se apueste por la boda como el escenario del último capítulo de la historia de cómo Ted conoció a la madre de sus hijos, a priori me parece la idea más acertada y lógica de todas. Ahora sólo falta comprobar si es merecedora de un último legen.. wait for... dary.