Ya que el otro día escribí sobre ‘House of Cards’ y Netflix, sigo la corriente para hacer lo mismo sobre la otra (semi)original serie estrenada (y que he visto) por la plataforma online, ‘Arrested Development’. Pero antes de nada, recomiendo poner “The Sound of Silence” de fondo.
Siete años después, la familia Bluth ha regresado para protagonizar uno de los acontecimientos televisivos más esperados de este 2013. Tener de vuelta a los Michael, George Michael, George Senior, Lucille, Gob, Buster, Lindsay, Maeby y Tobias Fünke, acompañados una vez más de su increíble séquito de personajes secundarios y esporádicos, ya era razón más que suficiente para celebrar la decisión de recuperar la serie por parte de Netflix. Una decisión basada sobre todo en dos factores claves: en el interés de todos los implicados (delante y detrás de las cámaras) y motivada en que gracias al visionado en diferido a través de los DVDs y en la propia Netflix, el número de seguidores y su condición de culto se han visto incrementadas notablemente respecto a los datos de audiencia que obtuvo cuando se emitía por televisión antes de que FOX la cancelase en 2006.
Estos quince capítulos habrán podido gustar más o menos, tampoco conozco el veredicto popular ya que no he leído prácticamente nada al respecto, pero lo que está claro es que han sido un regalo para todos aquellos seguidores de ‘Arrested Development’ cuyo futuro fue súbitamente cancelado. En cuanto a lo que a mí respecta, eran tantas las ganas que tenía a este regreso, que era muy complicado que no me dejara encantado de la vida. Por fortuna, me ha parecido todo lo triunfal que podía ser... dadas las excepcionales condiciones de su vuelta. Debido a las apretadas agendas de cada uno de los protagonistas, Mitchell Hurwitz se vio condicionado a modificar la (des)estructura habitual marca de la casa, por una aún más desperdigada y planificada a medio/largo plazo, concediendo el protagonismo de cada episodio a un Bluth en particular, lo que ha provocado que sólo unos pocos hayan podido hacer doblete durante la temporada. Lo que a priori podría presagiar una especie de sobredosis resultado del chute intensivo de ciertos personajes... no ha llegado a tanto, dada la continua participación e interacción directa e indirecta de todos los Bluth. Mención especial para los dos capítulos de Gob, el primero de Tobias y el de Buster. Risotadas garantizadas.
Mas allá de la base experimental, esta nueva entrega ha seguido explotando y haciendo gala de los grandes puntos fuertes: su narración omnisciente, su estilo docureality y la fantástica utilización del uso de imágenes y secuencias de archivo, e incluso de mini flashbacks. Sin olvidarme por supuesto de los clásicos "on the next... Arrested Development". Pero sobre todo, no se ha cortado a la hora de seguir aprovechando su mitología creada a lo largo de sus 53 episodios anteriores, sin escatimar recursos para seguir ampliando su abanico de bromas recurrentes. Algo parecido a lo sucedido con el apartado de estrellas invitadas, donde al segundo o tercer episodio ya había perdido la cuenta del número de cameos realizados. Y sí, la mayoría han seguido tan desaprovechados como siempre. Faltaría más. Nada ni nadie se ha querido perder esta fiesta (la cuatro de cinco) y eso se ha notado en el resultado final. Elementos todos ellos que esta vez han dado como resultado otra alocada historia que ha hilado el pasado de los Bluth (¿qué pasó con ellos?) con su presente (¿quá andan liando?), llevando una vez más a la serie hasta apurar los límites del atrevimiento y la genialidad. Una veces con más acierto que otras. Faltaría más. Ojito también con lo meta que ha resultado ser, algo que a estas alturas no sorprende, pero que me ha encantado. Ron Howard no ha dado a basto.
Para acabar vuelvo a repetir lo mismo que digo siempre cuando hablo de 'Arrested Development'. Pocas veces una serie demanda tanto un revisionado. Y por supuesto, en mis planes ya entra pegar el correspondiente a esta cuarta temporada. La única duda que tengo es si verme (por tercera vez) toda la serie desde el principio. Por ganas que no sea. ¿Y ahora qué? Al poco de lanzar la temporada, Netflix confirmó su interés en desarrollar una quinta temporada, y hoy mismo, Brian Grazer (uno de los productores ejecutivos) ha confirmado que ya se encuentran en negociaciones. Imagino que el mayor obstáculo volverá a ser el mismo que la primera vez: los problemas de agenda. Pase lo que pase, sin descartar la opción de la película, lo que está claro es que la historia de los Bluth no acaba aquí. Como señaló el propio Mitchell Hurwitz, lo visto en la cuarta temporada sólo representa el primer acto de los tres que tenía planificados cuando se puso a componer esta nueva historia sobre la familia Bluth. Ahora sólo toca esperar novedades (confirmaciones) al respecto y esperar que no pase más tiempo del necesario para tener de vuelta a 'Arrested Development'.
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