La primera temporada me gustó, pero no tanto como esperaba. Sin embargo, no dudé ni por un segundo que 'House of Cards' tenía la suficiente materia prima como para llegar a ser la gran serie que se creía que era. Eso sí, tenía claro que para conseguirlo, primero tendría que hacer frente a sus principales debilidades. Algo que no sería sencillo, dado que eran unas cuantas. Menos mal que los estudios cualitativos están para algo y hay ocasiones en las que los máximos responsables detrás de las series están dispuestos a sacar provecho de esa información. Al menos esta es la explicación que encuentro a los numerosos cambios establecidos desde el primer capítulo de la segunda temporada. El propio Frank, como siempre, con un "vamos a empezar este nuevo capítulo con un borrón y cuenta nueva", se ocupaba de transmitir el mensaje de enmienda al espectador.
Claire Underwood ya no es aquella secundaria que se movía en un universo argumental aparte, sino que es la protagonista activa y con estatus de zorra suprema que se esperaba. Las limitaciones de continuidad eran mitigadas con la impactante e inesperada muerte de Zoe; el cabo suelto que representa Rachel sigue jugando en su contra, pero la temprana baja de la periodista permitía ganar tiempo y la caída de los Underwood quedaba aplazada. Atravesar la cuarta pared cómo y cuando sea necesario; se ha demostrado que un guiño al espectador puede llegar a decir más que mil palabras. Otro factor fundamental, que más que subsanado lo que ha sido es potenciado, han sido los enfrentamientos dentro del Capitolio. Se acabó lidiar con reformas educativas y similares. Durante toda la segunda temporada los conflictos se han desarrollado en lo más alto de la cadena alimenticia.
"Para todos aquellos que estamos subiendo a la cima de la cadena alimenticia, no puede haber misericordia. Hay una sola regla: cazar o ser cazado. Bienvenidos de nuevo."
Cuando se anunció que la serie era renovada por una tercera temporada (un par de semanas antes del estreno de la segunda), reconozco que me tomé la noticia con mucha cautela. La primera fue buena pero no tan buena y tenía muy presente que acababa en un punto que limitaba bastante sus opciones de continuidad. Con Frank jurando el cargo de Vicepresidente y el escuadrón periodístico dispuesto a acecharle desde la sombra, interpreté que si la primera temporada fue la de la subida de los Underwood, inevitablemente la segunda sería la de su caída. Sin embargo no tuve en consideración lo siguiente: "Hay dos tipos de Vicepresidentes. Felpudos y matadores. ¿Cuál crees que estoy intentando ser?". Si cometí aquel error de cálculo fue más que nada porque no conté con que fueran a ocupar el despacho oval. Imaginaba que lo intentarían, pero que no saldrían con la suya y caerían con todo el equipo (para no levantarse nunca más) por culpa de "la adicción" de Doug. Se nota que tampoco conté con que nadie se va de cacería como el matrimonio Underwood. Sea como fuere, una vez vistos estos trece capítulos, ahora me alegro de no haber acertado en mi pronóstico.
Y como para no alegrarse. Ver a Frank y Claire como la pareja más poderosa del planeta es a lo máximo que uno puede aspirar como espectador de 'House of Cards'. Cierto es que para aceptar que Francis acabe la temporada jurando el cargo de Presidente de los Estados Unidos, antes tocaba acatar el pacto propuesto por la serie. Un pacto que incluye una sola condición: presentar a un Presidente fácilmente manipulable, como se encarga de excusar a cámara (para variar) el propio Frank. Habrá quien acepte las reglas del juego y quien no, pero partiendo de esta base, los Underwood han ido ejecutando un plan maestro que no era otra cosa más que una cacería ("hoy me siento hambriento") a dos bandas. Por un lado, Frank utilizando el conflicto con China para romper la relación entre Raymond Tusk y Garrett Walker, con la intención de derribar el muro que impedía convertir al Presidente en un objetivo manipulable. Por el otro, Claire aireando públicamente la violación que sufrió (en uno de los grandes acontecimientos de la temporada) y empleando a Christina como herramienta para sembrar la duda entre el matrimonio presidencial y convencer a la Primera Dama de acudir a esa terapia de pareja que tan determinante sería en los últimos compases.
"Así es como se devora una ballena. Mordisco a mordisco."
Maquiavélicos, meticulosos, astutos... lo puto peor o lo puto mejor, dependiendo de si se les tiene en consideración desde criterios éticos y morales o por el simple bien del espectáculo. Siguen siendo despreciables, pero a diferencia de la primera temporada, esta vez no me ha resultado tan complicado entender sus decisiones. A excepción de lo acontecido al final del 2x11. Se escapa a mi lógica que en plena recta final de la cacería se incluyera una escena tan gratuitamente provocativa y que sólo servía para desviar el foco de atención de lo realmente importante. No me sorprendió que Claire y Frank se apuntaran a algo así, pues de su apetito sexual me esperaba cualquier cosa, pero no era necesario añadir a Meacham en la mezcla para recalcar lo retorcidos que pueden llegar a ser. Desde luego que cuando 'House of Cards' se pone en modo sensacionalista, con tal de llamar la atención, pierde muchos puntos en la nota final. Por suerte, no es como si en esta temporada hubiera recurrido en exceso a este tipo de artificios. A este nivel, sólo recuerdo la escena de presentación de Feng. Otro WTF considerable. Siguiendo con el tema de la carga sexual, me ha llamado la atención que quedase limitada a este par de momentos y las relaciones Remy/Jacqueline y Rachel/Doug. Hablando del hombre de la tercera oportunidad, ¿regresará la temporada que viene? Así lo espero. Sería una pena perder a uno de los personajes que mejor están definidos.
En definitiva, la segunda temporada me ha parecido mucho más adictiva y molona que la primera. Ahora a esperar para comprobar si el derrumbamiento del castillo de naipes que ha levantado el matrimonio Underwood (por delante ya no tienen más peldaños que levantar), resulta tan estimulante como la cacería que les ha colocado en la cima de la cadena alimenticia. F.U.
Hola Diego! Como tú, me lo he pasado genial viendo las correrías de la maquiavélica pareja. Personalmente me gustó más la S01, quizás porque pensaba que no me iba a gustar nada en comparación a la británica y me sorprendió gratamente. Sin embargo, esta S02, con el protagonismo de Claire, ha sido muy entretenida, aunque esperaba alguna puñalada de la gélida dama a su marido antes que el posicionamiento a su lado. Lo que menos me ha gustado ha sido lo de los chinos :) Creo que se están guardando la artillería pesada de cara a la 3T, que se presenta muy bien. Un saludo y gracias por un post tan estupendo
Cecilia, el matrimonio Underwood está en el mismo carro, así que no esperaba que Claire fuera a apuñalar a Frank. Lo que no cambia que sería genial verles enfrentados. Imagino que en el algún momento llegaremos a ese punto, sobre todo ahora que están en la cima...
La verdad que la 3ªT no podría tener mejor pinta.
Gracias por comentar la jugada. Me alegro que te haya gustado el post.
Con respecto al final del 2x11, si bien puede que sea, como dices, completamente gratuita, a mí me sirvió para darme cuenta hasta qué punto el matrimonio es una pareja de lobos que salen de caza juntos.
En ningún momento los vemos hablar de ello, en ningún momento los vemos planificar. Pero sí los hemos visto acercarse a su presa de a poco, en total colaboración, poniéndose de acuerdo solo con miradas...
Es un acto primario (satisfacer un apetito) y el matrimonio lo realiza con pasmosa eficiencia... Incluso, en ese final del 2x11, no pude evitar pensar que Meechun parece una presa indefensa...
Yo creo que no fue tan gratuito...
Horacio, sigo pensando que esa secuencia llegó en un momento inapropiado, pero después de tu razonamiento sobre "una pareja de lobos que salen de caza juntos", reconozco que ya no la percibo de manera tan gratuita. Gran apunte.
¡Saludos!
Pues me ha gustado mas esta segunda temporada, hay que comprar que el presidente definitivamente no es de los mas listos de la clase, pero salvando eso la caceria ha estado entretenida. Ahora esperar si en la tercera empieza la caceria del cazador, por mi que la alarguen todo lo que quieran, Kevin Spacey es un crack.