No me he cansado de repetir por aquí que 'Sons of Anarchy' iba para sucesora natural de 'The Shield' pero que, tras la tercera temporada, no me quedó otra que aceptar que eso era más una remota posibilidad que una realidad. Vaya por delante que me parece una buena serie, en ocasiones incluso muy buena, pero a lo largo de sus series temporadas emitidas ha protagonizado demasiadas salidas de pista como para incluirla en el grand prix de las mejores. Una competición en la que 'The Shield', por mi parte, tiene dorsal vitalicio. Una merecida recompensa que se ganó durante sus siete temporadas. La manía de comparar estas dos series me viene de que es evidente que más allá de compartir equipo detrás de las cámaras (y esporádicamente delante), ambas ficciones tienen el mismo ADN. Proponen acción a raudales al servicio de un grupo de antihéroes que poco a poco van cavando sus propias tumbas por culpa de una montaña de mentiras y sus acciones fuera de la ley. Con la diferencia de que Vick Mackey y compañía nunca recularon, mientras que a Jax Teller y SAMCRO les ha temblado mucho el pulso. Sobre todo en los finales de la cuarta y quinta temporada.

Empujar a todos los personajes hacia el borde del precipicio a lo largo de una temporada, resulta muy estimulante tanto para el que escribe como para el que lo disfruta al otro lado del televisor. Garantiza un in crescendo continuo que finalmente, llegado el momento de saltar en el último capítulo, debe desembocar en un clímax. Las losas de los finales de la cuarta y quinta de 'Sons of Anarchy', precisamente son el aplazamiento de ese salto. Su creador y showrunner, Kurt Sutter, reculó en el último momento. Si el recorrido de la serie hubiera sido de cinco en vez de siete temporadas, estoy seguro que el desenlace hubiera sido muy distinto y Sutter no tendría que haber dejado su tarjeta de crédito echando humo. O eso quiero creer. Sea como fuere, no alcanzar nunca el clímax en historias de este tipo acaba generando frustración en el espectador. En mi caso, no cabe duda de que así es. Algo que dista mucho de la sensación de subidón que dejaba 'The Shield'. A Shawn Ryan nunca le tembló el pulso. Evidentemente Vic y compañía no serían cazados en las primeras temporadas, pero coronó al Strike Team porque al atraparlos en un campo de minas, nunca sacaba un detector de debajo de la manga. Ahí las bombas explotaban y con el paso de cada entrega eran de mayor potencia. Los protagonistas fueron pagando el precio de sus actos cuando tocaba hacerlo. Por el contrario, en 'Sons of Anarchy' siempre han sido más de activar una electrizante cuenta atrás para en el último instante agarrarse a la opción de pago en plazos... y vuelta a empezar como si nada. Pero esta práctica, con el paso de tiempo, cubre de deudas hasta el cuello.

¿Cuántos habitantes de Charming siguen respirando cuando no deberían hacerlo desde hace tiempo? Pese a que la historia no para de poner fechas de caducidad, el parte de bajas (significativas) sigue siendo irrisorio. Algo falla cuando las sentencias son postergadas una y otra vez, con el único fin de retrasar lo inevitable. Falta honestidad con el relato. También se le perjudica al estar siempre dando vueltas sobre lo mismo para acabar reconociendo el error e intentar subsanarlo cuando a nadie le importa ya. Por eso mismo, no considero que la frustración en sí misma sea lo peor de vender la moto para luego dar marcha atrás en el momento de la firma, sino en lo que deriva: la reiteración. La constante sensación de "esto ya ha pasado antes" es el pesado equipaje con el que carga 'Sons of Anarchy' desde su cuarta temporada. Podría hacer una lista con los mismos conflictos y las mismas tramas (la gran mayoría relacionadas con Clay, Gemma y Tara) que se han repetido a lo largo de todo este tiempo, pero me conformo con utilizar como tesis de lo que estoy diciendo al doble intento de suicidio fallido perpetrado por otro personaje. Imposible no soltar un "¿¡Otra vez!?". Durante esta sexta temporada me he visto demasiadas veces en esta situación. Pese a todo, y aunque considere que la (pen)última es en líneas generales inferior a las dos anteriores, que me gustaron mucho aunque pincharan en la última curva (tirando por la borda gran parte de los méritos logrados), esta vez me alegra decir que su desenlace no me ha decepcionado.

Ha tenido que confirmarse que la séptima será la última temporada, para que Kurt Sutter haga frente a sus deudas y los protagonistas paguen las consecuencias. En el caso de lo acontecido en el 6x11 "Aon Rud Persante", mediante el cobro de un pago que se había aplazado demasiado tiempo, mientras que en el 6x13 "Mother's Day" se completa la transacción más importante que la trama demandaba. Y lo hace de manera brutal. 'Sons of Anarchy' se emite en FX, un canal de cable básico, pero eso nunca le ha impedido mostrar violencia, sexo y alguna que otra secuencia que considero directamente como carnaza para censuradores. En este caso, nada resume mejor mis palabras que cualquier intervención de Otto, el secundario interpretado por el propio Kurt Sutter. Por eso mismo, lo que sucede en los últimos instantes de este "día de la madre" no me sorprende tanto en las formas como lo hace en el fondo. Brutal. Un gustazo confirmar que, esta vez, la fiesta planificada durante toda la temporada no era aplazada. Aquí no se daba marcha atrás en el último instante y el pago se efectuaba en el momento oportuno. Un pago único y de inmediato. No más líneas de crédito. Fuera frustaciones. Entre que sólo queda una temporada y el acertado cambio en la modalidad de pago de Kurt Sutter, tengo claro que afrontaré la campaña final de una manera muy distinta a como comencé la sexta: optimista, con muchas ganas y esperando un gran espectáculo. SOA.