Después de seis años y medio y siete temporadas, toca archivar 'Californication'. Si todavía no has visto el 7x12 "Grace", te recomiendo no seguir leyendo. ¡Atención Spoilers!
Podría haber acabado tras la cuarta temporada y no hubiera pasado absolutamente nada. Sin embargo, Showtime prolongó su andadura durante tres años más. Así funciona la tele. Durante esta última etapa, el vehículo para el lucimiento de David Duchovny ha evidenciado que su fórmula estaba más que exprimida y que su trama principal (Hank-Karen) sólo servía para dar nuevas vueltas sobre el mismo círculo. Pese a todo, y sin volver a alcanzar las mismas altas cotas, esta dramedia (mucho más comedia que drama) al menos mantuvo los niveles de grandeza de Hank Moody y Charlie Runkle, una de las parejas cómicas más cachondas de la televisión reciente y, sin duda, una de las que más risas me ha proporcionado. Ellos eran la razón para ver ‘Californication’ hasta al final y ellos han conseguido que nunca planteara bajarme del carro una vez superada la etapa de madurez, tras la cuarta temporada, y poniendo la directa hacia la de declive durante los últimos tres años. Un declive que no ha sido tan pronunciado, ya que al menos puedo decir que la séptima temporada ha vuelto a ser entretenida. Al igual que lo fueron la quinta y sexta sinfonía.
Utilizando la misma plantilla que en las seis temporadas anteriores, esta vez, Tom Kapinos ha explorado y parodiado el detrás de las cámaras de una serie de televisión. Uno de los últimos reductos de la industria del entretenimiento que le quedaba por enfilar, después de atreverse con el mundillo literario, cinematográfico y musical (rock, hip-hop y, otra vez, rock). Así la propia serie ha podido reírse de sí misma en varias ocasiones, como en el capítulo que Hank asiste a una prueba de casting, dejando entrever cierta alegoría pasada de rosca entre el proceso de selección ficticio y el real. Una coña que siempre ha acompañado a 'Californication' fuera de la pantalla. Como cada temporada, el nuevo contexto daba lugar a la aparición de varios secundarios. Por lo general tres, correspondiéndose con los nuevos intereses amorosos y camaradas laborales de Hank, además del encargado de amenazar la vertiente familiar. Habitualmente este último papel recaía en el nuevo novio de Karen o Becca, pero en esta ocasión, innovando levemente, tocaba directamente a Hank con la aparición de Levon. Mientras que los otros dos roles principales iban para Julia y Rick Rath. Por cierto, era la primera vez que me cruzaba con Michael Imperioli desde el final de ‘Los Soprano’.
Al igual que la temporada en general, el último episodio me ha parecido correcto. Sin sorpresas, ni fuegos artificiales, pecando de falta de ideas originales, pero
mezclando cachondeo con emotividad. No pasará a la historia, como tampoco lo hará la propia serie en sí. Un desenlace que cierra los arcos argumentales abiertos durante esta séptima temporada (incluyendo esa "proposición indecente" con muñeca hinchable incluida que ha sido lo más loco de la campaña con permiso de la última cena familiar repleta de invitados), pero sin llegar a escribir un punto final en la historia (interminable) de amor entre Hank y Karen. La vida de los protagonistas seguirá como hasta ahora, con la única diferencia de que la audiencia no volverá a saber de ellos. Y es que como Moody le dijo a Atticus la temporada anterior, “I’m with her, even if I’m not". Esta ha sido la tesis central de 'Californication' durante toda su andadura y lo seguirá siendo incluso después de finalizar. Hank, por muchas buenas intenciones que tenga, nunca podrá cambiar. Incluso siendo todo lo fiel que le resulte posible. Él lo sabe, ella también. Están hechos el uno para el otro pero nunca podrán ser felices juntos.
Después de escuchar las últimas líneas escritas por Hank durante la secuencia a bordo del avión, donde homenajea o parodia (no me quedó del todo claro) esas trilladas declaraciones de amor vistas en innumerables comedias románticas, "Rocket Man" volvía a sonar (“I miss the earth so much/I miss my wife/It’s lonely out in space”) como ya hiciera al final del primer capítulo y del último de la tercera temporada. Por cierto, he intentado tirar de memoria, pero soy incapaz de recordar otra serie que haya hecho uso del mismo tema musical en tres ocasiones, pero las cosas como son, pocas veces una canción ha definido por completo a un personaje como sucede en el caso de Hank "Rocket Man" Moody. Con este tema de Elton John como acompañamiento de lujo y tirando de un clásico pero efectivo montaje musical, llegaba la hora de subirse al carrusel de las despedidas. Tocaba decir adiós a todos los protagonistas, al Porsche 964 Cabriolet y, por supuesto, a California. Siendo rematada la función con un beso entre Hank y Karen que aumentaba la sensación de final feliz, pese a que en este cuento los enamorados ni comerán perdices ni serán felices para siempre.
'Californication' no pasará a la historia, pero siempre la recordaré con cariño y como la gran incomprendida que fue. Una lástima que muchos optaran por darle la espalda a las primeras de cambio, renegando de la superficie y perdiéndose una buena sesión de risas y reflexión alrededor de una historia sobre amor y amistad, cargada de contenido sexual, en la adultez. Una serie que consiguió, durante siete temporadas, que Duchovny dejara de ser Mulder, y que Hank Moody se alzara como un galán/bribón para el recuerdo. El motherfaka supremo. Rocket Man.
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¡Qué gusto da leer cosas sobre una de las series más infravaloradas de los últimos años!
Para mí 'Californication' siempre fue la serie de Hank y Karen, y la serie de Hank y Runkle, con una Marcy que no se perdía una. Después de todas las vueltas posibles, hemos llegado a un final por todos esperado, pero que no deja de ser el merecido por ambos protagonistas.
Moody siempre quedará en el recuerdo, al igual que Charlie y sus compañeras de aventuras.
Collini...out!
Fon, más que la serie de Hank y Karen, para mí, siempre fue la de Moody & Runkle.
Me has alegrado el día con el Collini... out! xD
¡Saludos!
Sin esperar mucho de esta temporada, creí que la iban a finiquitar ya en la anterior, y me ha sorprendido y gustado muchísimo. La escena de Hank con su hijo en la que les echan la bronca por "pervertidos" es legendaria y la presencia de la Graham siempre es un placer… . Gran serie, que como tú, recordaré con muchísimo cariño.