Desde 'Stargate Universe' ninguna novedad de las que he visto de SyFy ha conseguido convencerme del todo. Y eso que la tercera franquicia televisiva de las puertas estelares fue cancelada allá por 2011. Mi última intentona fue con 'Ascension', una miniserie que a la postre evidenció que no era tal y que supuso un nuevo intento fallido por parte del canal para dar con "la nueva Battlestar Galactica". Ese codiciado título al que ahora aspira 'The Expanse'. Todavía no me he puesto con la que fue vendida como "la serie más ambiciosa de la historia de SyFy". En cambio, la miniserie 'Childhood's End', estrenada la misma noche que 'The Expanse', ya está vista... y casi olvidada.

Que me animara con una y no con la otra, se debió más que nada a que 'Childhood's End' es la adaptación de la novela homónima de Arthur C. Clarke, que tan solo está compuesta de tres episodios y que mordí un anzuelo tan engañoso como efectivo. Puestos en situación, para compartir mis impresiones sobre esta miniserie voy a apoyarme en que 'Los Simpson' ya lo han hecho todo antes (como dirían en 'South Park'). Al fin y al cabo, las tres partes de 'Childhood's End' pueden resumirse con una imagen del mítico crossover de 'Los Simpson' con 'Expediente X' en el que Homer confunde al Señor Burns con un extraterrestre.

La primera parte, la única con un nivel aceptable y capaz de generar interés, narra la llegada de una raza alienígena a la Tierra. A diferencia de lo que suele ser habitual en este tipo de historias, los "Overlords", como se hacen llamar a través de su representante Karellen (con el vozarrón de Charles Dance), no pretenden destruir o someter a los humanos, sino que les traen la paz. Exactamente igual que el Señor Burns bajo los efectos de la medicación. Para transmitir sus intenciones para con los humanos, los "Overlords" eligen a un granjero (Mike Vogel)  para ser su portavoz en la Tierra.

El final de la primera parte, tras presenciar cómo el mundo ha cambiado para "mejor", finaliza con la revelación del verdadero aspecto de Karellen (y del resto de los suyos). Una sorpresa que mejor no desvelar, pues es el mayor puntazo de toda la miniserie. La segunda parte se dedica a introducir a una nueva familia protagonista y centrar la atención en los niños... que por algo la novela y la adaptación llevan por título "El Fin de la Infancia". Un episodio aburrido, atropellado y que sólo sirve para rebajar el nivel de expectativas. Sin llegar a desvelar nada importante de la trama, que para algo aún queda otra parte, deja claro que los "Overlords" son lo que parecen.

La tercera y última parte por fin desvela las verdaderas intenciones de Karellen y compañía, pero lo realmente intrigante es que ningún humano envejece lo más mínimo pese a los continuos saltos temporales. La chirriante caracterización no deja de ser una mera anécdota, pero resulta más interesante que el turno de respuestas. Simplemente añadir que el desenlace viene a confirmar que quizás no fue buena idea invertir más de cuatro horas en esta miniserie  y ojalá hubiera optado por leer la novela original. Algo que haré de todas maneras (y con más ganas). En el juego de las comparaciones, espero que la obra de Arthur C. Clarke me deje un mejor sabor de boca. I want to believe...

A estas alturas, y tras sumar un fiasco más a mi colección particular, no sé si es más probable que algún día llegue a dar con una nueva ficción original de Syfy que realmente merezca la pena o que Netflix ordene una tercera temporada de 'Stargate Universe' tras esta campaña de firmas online.