Un detective holístico y el botones de un hotel que acaba de ser despedido se unen a una guardaespaldas todoterreno para resolver una serie de asesinatos inexplicables que guardan relación con la misteriosa desaparición de una joven. Hasta aquí, más o menos, todo en orden. Pero suma a una asesina imparable, un rehén electricista, una víctima de pararibulitis, una pandilla destructora, una estrella del rock, un culto de calvos perturbadores armados con arcos electrizantes, agentes de la CIA y del FBI, una pareja de detectives (de personas desaparecidas), un gato, un perro, un tiburón y otros muchos ingredientes más que no es necesario desvelar antes de tiempo, y la loca y caótica ecuación que sale no es otra cosa que la fórmula secreta de la primera temorada de ‘Dirk Gently’s Holistic Detective Agency’, una de las mayores sorpresas que me he llevado este año.

En estos tiempos, cada vez son menos las ocasiones en las que acabo viendo una serie que no entraba para nada en mis planes. Eso sí, cuando lo hago y la jugada me sale bien, entonces la sensación de haber acertado de lleno es incluso mayor que cuando veo una serie que me han recomendado hasta la saciedad y que casi doy por seguro que me va a merecer la pena; por mucho que con las recomendaciones de series no exista el 100% garantizado. Justo lo que me ha pasado con ‘Dirk Gently’, ya que no había leído absolutamente nada de si merecía la pena o no.

En realidad antes de ponerme a ver su primer episodio, sólo sabía unas cuantas cosillas acerca suya: que Netflix se sumó como coproductor para distribuirla mundialmente en exclusiva una vez fuera emitida por BBC America, que se trataba de una nueva adaptación de las novelas de Douglas Adams (tras la versión de BBC Four con Stephen Merchant en 2012), que Elijah Wood era uno de los principales protagonistas y, especialmente, que la dirección de los dos últimos episodios corría a cargo del español Paco Cabezas (‘Penny Dreadful’, ‘Into the Badlands’). Con esta información de partida, evidentemente no podía imaginar la locura que me esperaba por delante. Una muestra:


En la era de la Peak TV tengo la impresión que cada vez se tiene menos paciencia con las series. Hasta el punto de que sólo los dramas HBO pueden seguir permitiéndose el lujo de despegar (¿?) realmente a los cinco episodios. "No te puedes perder esta serie pero espera a ver unos cuantos capítulos que es cuando realmente engancha". Esto hace unos años no era impedimento alguno para probar suerte con una nueva serie, pero hoy en día la mayoría de la gente demanda series que logren enganchar a las primeras de cambio. No es mi caso, pero eso es justo lo que consiguió 'Dirk Gently' conmigo. Es lo que tiene arrancar mostrando la escena de un crimen con varios cadáveres descuartizados -y lo que parecen mordeduras de tiburón por todas partes- en la suite de un hotel.

Un buen primer episodio que cumple a la hora de sorprender y picar la curiosidad. Presenta bien a los personajes (aunque las estridencias de Dirk y la incredulidad de Todd requieren cierto margen de tiempo), pero lo mejor es que no para de incluir nuevos elementos a partir de constantes situaciones inverosímiles y, sobre todo, consigue clavar el tono que necesita una historia que no para de plantear interrogantes para los que no existen respuestas lógicas. Un completo sin sentido hasta que empieza a cobrarlo, siempre dentro de unas reglas de juego establecidas desde este primer capítulo, que a su vez es una fantástica invitación para seguir adelante con la resolución del imaginativo rompecabezas diseñado por Max Landis, el creador de la serie. Por si no fuera suficiente, apenas me llevó unos minutos darme cuenta que Cristobal Tapia de Veer ('Utopia', 'Humans'), uno de mis compositores favoritos actuales, andaba detrás de su banda sonora original.

Una vez comprada a las primeras de cambio, a partir del segundo episodio no pude parar hasta devorar los ocho capítulos que componen la temporada. Tengo que decir que resueltos los múltiples enigmas, ni yo mismo me creo que pueda seguir diciendo que la serie no dejó de sorprenderme hasta el mismo final. Y no lo digo sólo por cómo resuelve el rompecabezas o por los diferentes cliffhangers que sirve para dejarte con ganas de más hasta la próxima temporada (ya confirmada, por cierto), sino porque Max Landis consigue que su 'Dirk Gently' caiga de pie después de un viaje repleto de acrobacias argumentales y en el que salta el tiburón literalmente en pleno clímax de la resolución del misterio. De quitarse el sombrero cómo rompe la cuarta pared de manera tan premeditada. Lo dicho, una de las mayores sorpresas que me he llevado este año y una de las series que más he disfrutado, aunque me haya durado menos de una semana. ‘Dirk Gently’ es muy loca y caótica, pero atrevida, adictiva y diferente. Si estás buscando algo fuera de lo normal, dale una oportunidad a esta serie en la que todo está conectado pero también en la que nada lo está.